Spa e hidromasaje: Origen e historia

Origen e historia del spaOrigen e historia del spa
Baño Romano

Foto: Baños romanos

Spa e hidromasaje: Origen e historia
Origen e historia del spa

La utilización del spa y del hidromasaje tiene su origen en la prehistoria. Por lo visto creían que las aguas minerales tenían poderes curativos.

La utilización de spas se conoce como balneoterapia, del latín balneum (baño) y se define como «el supuesto beneficio de la enfermedad al bañarse».

Grecia Clásica
Los ciudadanos de la Grecia clásica fueron pioneros en practicar el baño regular y el masaje con chorro de agua. Los griegos practicaban los baños en agua dulce de los manantiales, aunque también se bañaban en el mar (talasoterapia). Al principio, el baño lo practicaba la clase alta en sus baños privados, pero después el estado abrió baños públicos. Los establecimientos se componían de dos cámaras: el baño, con un esclavo que vertía agua, y la zona de masaje.

Una evidencia de la utilización del baño como proceso sanador es un relato escrito por Hipócrates (460- 370 a. C.), médico griego, considerado el padre de la medicina moderna. Hipócrates consideró que las dolencias eran generadas por un desequilibrio de los fluidos corporales. Él afirmaba que para gozar de una buena salud era primordial tomar un baño y un masaje todos los días. Está práctica se denomina balneoterapia.

Tomar el baño solía ser un tratamiento popular para una amplia gama de enfermedades en los tiempos de la Grecia Cásica.

Imperio romano
Durante el reinado del primer emperador romano César Augusto (27 a.C. – 14 d.C.), también conocido como Octavio, Roma contaba con un gran número de baños. Dichos recintos públicos se utilizaban. principalmente, para curar las heridas de los soldados de las legiones. Posteriormente los baños romanos se emplearon como forma de relajación y descanso, para todos los ciudadanos. Los baños no sólo eran un lugar para la limpieza o la relajación, también eran un lugar para relacionarse.

Los baños, en Roma, se dividían en tres categorías: baños domésticos (balnea), privados (balnea privata) y públicos (balnea publica). Con la introducción de acueductos, los baños públicos se transformaron en mastodónticos edificios (termas) con gran capacidad.

Los romanos también construyeron baños en todas las demás regiones que formaban parte de su imperio. Por lo tanto, los baños eran parte fundamental de la vida social de los ciudadanos de esas regiones romanas.

En el año 43 d.C. los romanos crearon en Britannia (actual Gran Bretaña) el primer balneario inglés, Aquae Sulis, en la ciudad de Bath. Construyeron un sofisticado complejo de baños, utilizando las aguas de manantial de la ciudad, junto con un templo dedicado a la diosa Sulis Minerva.

Los baños romanos desaparecieron junto con el imperio (476 d.C), y Aquae Sulis quedó en un estado de abandono. Pero la gente seguía valorando las fuentes termales y minerales.

Edad Media
Al principio, con el auge del cristianismo, se prohibió la cultura del baño. Por otro lado se impulsaba la oración como método para sanar de las enfermedades padecidas. Los baños fueron transformados en iglesias, aunque algunos aristócratas siguieron utilizándolos. Así que la prohibición de los baños persistió durante muchos siglos. Por consiguiente, las personas se mantuvieron alejadas del baño durante mucho tiempo, a veces durante años.

Collin Le Loup, un herrero de Lieja, Bélgica, descubrió a principios del siglo XIV los manantiales en la ciudad de Spa, Bélgica. Es por ello que cualquier centro de salud situado junto a un manantial natural fue denominado “Spa”.

En esa época los métodos de curación que ofrecía la medicina eran muy limitados y, por tanto, la gente se desplazaba a los manantiales para tratar sus dolencias. Asimismo las instalaciones eran primitivas y los ricos y los pobres no estaban separados, sino bañados en las mismas piscinas.

Renacimiento
En el siglo XVI, la clase alta siguió haciendo uso de los baños, preferiblemente al aire libre, en manantiales de agua tibias.

En Italia recuperaron tratamientos médicos de épocas precedentes, y se apreció el valor de la hidroterapia. Por eso se analizaron las aguas para conocer sus componentes minerales. Al mismo tiempo, en 1571, Bacci publicó «De thermis», donde afirmaba que bañarse era una disciplina con sus propios fundamentos.

El uso del baño se expandió desde Italia a toda Europa, principalmente a Francia. En el siglo XVII coexistieron dos categorías de balnearios: manantiales de agua fría, para sanar, y aguas termales, para beber y bañarse.

Siglo XIX
Las grandes ciudades balneario como Baden-Baden (Alemania) o Bad Gastein (Austria) eran lujosos destinos para la clase alta europea. Estas grandes ciudades balneario eran el equivalente de los principales centros médicos de hoy en día. Además, de su función sanadora, estas ciudades completaban su oferta con centros deportivos, recreativos y sociales. Cada balneario tenía su propio teatro, casino y zonas para pasear, además de los edificios de baños. En su mejor momento disfrutaron de una gran creatividad cultural, artística y política.

En Estados unidos el entusiasmo por el spa comenzó en 1815 con la creación del primer spa en Saratoga Springs, Nueva York. La gente comenzó a ver los balnearios como centros imprescindibles para mejorar su salud y bienestar

Siglo XX
A principios de siglo XX, Lido, en Venecia, fue el centro balneario más famoso del continente europeo. El Hotel Des Bains , frecuentado por la nobleza, escritores y artistas, fue el balneario más célebre.

En 1910 Elizabeth Arden abrió, En Estados Unidos, el primer spa de día, concretamente en Manhattan, Nueva York. Este spa ofrecía manicuras y tratamientos faciales.
La industria del spa se estancó en la década de 1930 por la segunda guerra mundial y la depresión económica. Además al auge de la medicina moderna y la proliferación de centros turísticos costeros resultaron ser una gran competencia. A pesar de ello los balnearios no desaparecieron totalmente. Sobre todo, en Francia, España, Italia o Alemania los balnearios de talasoterapia siguieron funcionando.

El auge de la nueva generación de spas surgió en Estados Unidos en 1940. El matrimonio Szekely inauguró, en Tecate, Baja California, México, “Rancho La Puerta”, un hotel spa para apasionados de la salud.

El concepto moderno de spa realmente comenzó a despegar en la década de 1980 y actualmente está disfrutando de crecimiento exponencial.